Sembraré una semilla

Señor, haré mi parte: sembraré una semilla.

Sembrar una semilla es decir «sí» a la vida. Una semilla no viene de la nada y tiene el árbol por dentro, todo el pasado y todo el futuro. El deber y la esperanza está en una semilla.

Sembraré una semilla. Cooperaré con tu creación, con el trabajo de la naturaleza, tu trabajo. Todos nosotros permaneceremos de pie juntos o caeremos al tiempo.

Sembraré una semilla. Una semilla evoca tierra verde, una conciencia ecológica, una nueva calidad de vida, una nueva belleza para los ojos, un ascenso del espíritu. Sembrar una semilla es permitirle morir, para que resucite en un número infinito de semillas.

Pondré todo mi cuidado en la semilla y la abonaré. Pero el crecimiento sigue siendo tu regalo, Señor. Además, para germinar necesita de tu sol y de tu lluvia.

Sembraré una semilla, haré mi parte. El resto es tuyo, eres el verdadero destino de la semilla, eres su crecimiento, su generosidad, su amor.

Sembraré una semilla. Amén.


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