Estas pequeñas cosas

Señor, acércame a ti cuando horneo pan, cocino espagueti, hago panecillos, sirvo café, lavo los platos, trabajo en mi computador, camino en el parque, respiro el aire fresco, tomo jugo de naranja, regalo un lápiz o una alegre sonrisa; cuando comparto cordialidad, risas, dolor o una comida con pollo; cuando agrego solo un pedacito de bondad a la vida de los demás, pues esto es lo que significa «orar en todo momento».

Ayúdame a hacer todas estas pequeñas cosas lo mejor posible, con gran cuidado, alegría y atención, porque a lo mejor puedes ser aquel por quien estoy haciendo todas estas cosas insignificantes. Tú dijiste, «en verdad les digo que cuanto hicieron ustedes a unos de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicieron» (Mt 25, 40). Por supuesto, eres aquel por quien estoy haciendo estas pequeñas cosas, ¿no es así?

Señor, aunque puedo perderte de vista todos los días en todas las cosas, ayúdame a encontrarte en todo momento y en todas las cosas, pues toda la creación y todos los días son tuyos.

Por favor, señor, ayúdame a conocerte y amarte en las cosas comunes y a hacer todas estas pequeñas cosas como las habrías hecho tú.

Por favor, Señor, haz que viva de tal manera que le permita a los demás reconocerte en mí. Amén.


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