Exaltación de la Santa Cruz
- 14 de septiembre
Hoy celebramos con alegría que Jesús nos salvó por medio de la Cruz. Aunque fue un instrumento de muerte, la Cruz se transformó en un camino de salvación y en la gran señal de los cristianos. Gracias a ella, podemos llamarnos hijos de Dios.
El hallazgo de la Santa Cruz
Según la tradición, la madre del emperador Constantino, Santa Elena, encontró la Cruz de Jesús en Jerusalén. Más tarde, Constantino mandó construir una gran iglesia en el lugar de la crucifixión y del sepulcro del Señor. Desde entonces, multitudes de cristianos han peregrinado allí para recordar la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo.
En la época del Imperio Romano, la cruz era un cruel instrumento de tortura para los rebeldes y delincuentes. Así eligieron dar muerte a Jesús, pero lo que era castigo se convirtió en el símbolo del amor más grande de Dios por la humanidad.

Un signo de amor y salvación
Jesús estuvo pocas horas en la cruz, pero su entrega nos abrió las puertas del cielo. La cruz es el mejor testimonio del amor de Dios: si entregó a su Hijo por nosotros, ¡cuánto más nos amará en la eternidad!
Cómo vivir esta fiesta
En esta celebración, la Iglesia invita a venerar la Cruz con gratitud y devoción. Puedes besar la cruz que tengas en casa, hacer la señal de la cruz con calma y conciencia, y recordar siempre que es el signo de nuestra fe y de nuestra salvación.
La Cruz, esperanza eterna
La Cruz del Señor no es derrota, sino victoria. Nos recuerda que somos hijos de Dios y que nuestro destino es el cielo, junto a Jesús, María y todos los santos.
Bibliografía
Requena, Miguel Ángel (2009). Los santos, un amigo para cada día. Editorial EDIBESA.
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