Oh, Santo Domingo Savio, que, en el fervor de amar a Dios, te encaminaste por el sendero de la santidad con el firme propósito de huir del pecado, de cumplir exactamente con tus deberes, y frecuentar los sacramentos.
Obtenme del Señor la gracia que pueda disponer yo también de mi alma y la salvación de mi prójimo, imitando fielmente tus virtudes y tu espíritu de apostolado.

Te suplico sé mi protector en todos los momentos y me consigas del Señor por mediación de tu maestro San Juan Bosco y su Virgen Auxiliadora, la gracia que humildemente imploro: (aquí se nombra el favor que se pide).
Rezar un Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
Santo Domingo Savio, ruega por nosotros. Amén.
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