El jueves, 27 de abril de 1865 inició la construcción del templo dedicado a María Auxiliadora, en Turín, el cual conocemos como Basílica de María Auxiliadora.
Este día, el propio Don Bosco, fiel devoto de la Virgen Auxiliadora, bendijo la que sería la primera piedra de la edificación que, hasta el día de hoy, recibe a miles de devotos cada año y en donde se encuentran los restos del Padre y Maestro de la Juventud.
Don Bosco, conforme fue avanzando la construcción, repetía que cada uno de los ladrillos de la Basílica era un milagro obtenido gracias a María Auxiliadora.
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