Oh, Dios, fuente de todo bien, que en santo Domingo Savio ofreces a los adolescentes un ejemplo admirable de caridad y de pureza: concédenos también a nosotros crecer como hijos en la alegría y en el amor hasta la plena estatura de Cristo.

Ayúdanos a que celebremos con alegría el triunfo de santo Domingo Savio: él vive entre los que, sin mancha, siguen al Cordero adondequiera que vaya, los rescatados como primicias de la humanidad para Dios y el Cordero. Amén.
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