¿En qué consiste una visita al Santísimo?

Pues es precisamente eso, ir a visitar a un amigo, al mejor de todos. Consiste en ir a una iglesia o capilla en donde esté reservado el Santísimo Sacramento y visitarlo. La visita bien puede ser de dos o tres minutos nada más, mientras rezas una breve oración, o bien, puede ser todo el tiempo que necesites estar ante Él.

Un consejo muy recomendado es rezar tres estaciones al Santísimo. Cada estación consiste en un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria y finalizas con una Comunión Espiritual.

La importancia de adorar devotamente a este Dios escondido en la Hostia radica en que es el mismo Jesús, aquel que nació de la Virgen María, quien está presente ahí. Aquel que entregó su vida en la cruz por nosotros y derramó su sangre.

Por ello muchos santos nos dan el mismo consejo: «Visita al Santísimo con frecuencia».

Algo que puedes añadir a tus visitas es esa oración personal, quiero decir, ese diálogo en el que le cuentas todo lo que quieras, todo lo que necesites. Él con gusto escuchará que es lo que te preocupa, aquellas cosas que te angustian, lo que deseas y necesitas y, en particular, lo que sueñas.

Algo muy especial que puedes hacer durante la visita es pedirle a Jesús Sacramentado por las personas que amas, que son importantes para ti, pero, sobre todo, pide por aquellas personas que de alguna manera te han hecho sentir mal, o te han causado algún daño. Eso hará muy feliz a Jesús.


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