Cuaresma: tiempo de oración más intensa

Texto: Parroquia El Espíritu Santo.
Fotografía: Parroquia El Espíritu Santo.
Fuente: Vatican News.

Durante el tiempo de la Cuaresma, los cristianos estamos llamados a seguir tres grandes caminos: la limosna, la oración y el ayuno.

En particular, la oración es la fuerza del cristiano. La Cuaresma ― explica el Papa Francisco el pasado 22 de febrero durante la Misa en la Basílica de Santa Sabina ― es el tiempo de «una oración más intensa, más prolongada… más capaz de hacerse cargo de las necesidades de nuestros hermanos».

¿Cómo hacer florecer la oración?

La oración también puede volverse autorreferencial. La homilía del Papa Francisco, leída por el cardenal Pietro Parolin durante la misa del 2 de marzo de 2022, recuerda que «En cada gesto, inclusive en el más bello, puede esconderse la carcoma de la autosatisfacción. Entonces el corazón no es completamente libre porque no busca el amor al Padre y a los hermanos, sino la aprobación humana, el aplauso de la gente, la propia gloria». «La oración humilde, hecha ‘en lo secreto’ (Mt 6,6), en el recogimiento de la propia habitación, se convierte en el secreto para hacer que la vida florezca hacia afuera. Es un cálido diálogo de afecto y confianza, que reconforta y abre el corazón. Especialmente en este período de Cuaresma, oremos mirando el Crucifijo: dejémonos invadir por la conmovedora ternura de Dios y pongamos en sus llagas nuestras heridas y las del mundo. No nos dejemos llevar por la prisa, estemos en silencio ante Él».

¿Qué encontramos en la oración?

«En todo el período cuaresmal, la Iglesia nos ofrece con particular abundancia la Palabra de Dios». Lo subraya el Papa Benedicto XVI en su Mensaje para la Cuaresma de 2011. «La oración – añade Benedicto XVI – nos permite también adquirir una nueva concepción del tiempo: de hecho, sin la perspectiva de la eternidad y de la trascendencia, simplemente marca nuestros pasos hacia un horizonte que no tiene futuro. En la oración encontramos, en cambio, tiempo para Dios, para conocer que ‘sus palabras no pasarán’ (cf. Mc 13, 31), para entrar en la íntima comunión con él que ‘nadie podrá quitarnos’ (cf. Jn 16, 22) y que nos abre a la esperanza que no falla, a la vida eterna».

¿Por qué rezar?

La oración es muy importante durante este periodo cuaresmal. El Papa Juan Pablo II dijo que en la vida de un cristiano «es muy importante la catequesis… pero hace falta también la oración, porque rezando nos ponemos bajo la mirada y en presencia de Dios mismo, le abrimos nuestro corazón. Y cuando él encuentra la apertura interior de nuestro corazón, puede entrar y obrar en él, desde adentro, puede transformarnos. Este es el poder de la oración».

¿Sigue siendo actual la Cuaresma?

«La Cuaresma ― recuerda el Papa Montini ― ha tenido a lo largo de los siglos y en los diversos países diversas formas de realización, y en nuestros días ha perdido no poco de sus exigencias y de sus explicaciones». Pero no ha perdido «su necesidad, si es verdad que la vida cristiana necesita recogimiento, silencio, meditación, interioridad, conversión y reforma continua, oración, penitencia, gimnasia ascética, sentido místico; y más aún el despertar de la conciencia cristiana, la misericordia y la gracia de Dios, la unión viva y generadora con los misterios de la Redención, con la Pasión y Resurrección de Cristo».