Texto: Parroquia El Espíritu Santo.
Fotografía: Parroquia El Espíritu Santo.
Fuente: Catecismo de la Iglesia Católica /YouCat
¿Cuál es el nombre correcto?
Al Sacramento de la Penitencia se le denomina también:
Sacramento de la conversión, porque realiza sacramentalmente la llamada de Jesús a la conversión del hombre que se había alejado por el pecado [1423]
Sacramento de la Penitencia porque consagra un proceso personal y eclesial de conversión, de arrepentimiento y de reparación por parte del cristiano pecador.
Sacramento de la confesión porque la declaración o manifestación, la confesión de los pecados ante el sacerdote, es un elemento esencial de este sacramento [1424]
Sacramento del perdón porque, por la absolución sacramental del sacerdote, Dios concede al penitente “el perdón y la paz”.
Sacramento de la reconciliación porque otorga al pecador el amor de Dios que reconcilia.
¿Quién instituyó el sacramento de la reconciliación?
Fue Jesús mismo quien los instituyó cuando el día de Pascua se apareció a los Apóstoles y les dijo: “Recibid el Espíritu Santo, a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos”. (Jn 20, 22a-23) [1439. 1485]
La expresión más bella que ha hecho Jesús sobre el sacramento de la Reconciliación es en la parábola del hijo pródigo: nos extraviamos, nos perdemos, no podemos más. Pero Dios Padre nos espera con un deseo mayor e incluso infinito; nos perdona cuando regresamos; nos acepta siempre, perdona el pecado.

¿Quién es capaz de perdonar nuestros pecados?
Solo Dios puede perdonar los pecados. Sin embargo, solo porque Jesús les ha conferido este poder pueden los presbíteros perdonar los pecados en nombre de Jesús [1441. 1442]
¿Qué es la penitencia?
Es la reparación de una injusticia cometida. La penitencia no debe darse solo en la mente, sino que debe expresarse en obras de misericordia y en el compromiso con los demás. También con la oración, el ayuno y la ayuda material y espiritual a los pobres se hace penitencia. [1434-1439]
Ten en cuenta, que la penitencia nada tiene que ver con maltratarse o con los escrúpulos; no se trata de estar dando vueltas sobre lo mala persona que soy. Al contrario, la penitencia nos libera y nos anima a empezar de nuevo.
¿Existen algunos requisitos para que mis pecados sean perdonados?
Sí, son dos esenciales: que la persona se convierte y el Presbítero, que, en nombre de Dios, le concede la absolución de sus pecados. [1448]