Cada vez que asistimos a Misa, podemos ver que el sacerdote, al inicio, besa el altar (claro esto en la actualidad no se hace por la Pandemia de Covid-19). Esto es un acto obligatorio en el ritual católico. Besar objetos santos y sagrados ha formado parte de varias religiones del mundo durante miles de años. La práctica viene de las culturas en las que el beso se consideraba un signo de respeto o se usaba para saludar y, naturalmente, se aplicaba a los objetos que representaban lo divino.
La razón de este gesto radica en que es la mesa de sacrificio y el lugar sagrado donde se celebra la Fiesta Pascual.
El beso al altar vendría a ser un acto de veneración en tres niveles:
Sacrificio de Cristo.
Al celebrar la Eucaristía sobre el altar, se conmemora en ella el sacrificio de Cristo. Y por veneración a este, se besa el lugar convertido en santo ante la presencia de su cuerpo y sangre. El altar representa a Cristo: los Santos Padres no dudaron en afirmar que Cristo fue, al mismo tiempo, la víctima, el sacerdote y el altar de su propio sacrificio al Padre.
Mártires y santos.
A partir del año 517 se acostumbra a tener, dentro de los altares de piedra, reliquias de santos. Al besarlo, se está venerando también la vida o martirio del santo cuya reliquia se encuentra presente.
Sacrificio vivo.
Los que asistíamos a Misa presentamos nuestros dones al altar para participar de esta conmemoración. Esto se refleja al momento de la colecta, de la entrega del pan y el vino, y en la oración colecta. Se besa, entonces, por veneración al gesto de los fieles al entregarse como sacrificio vivo.
Texto: Parroquia El Espíritu Santo / Fotografía: Internet
info@espiritusantogt.com |
![]() |
![]() |
![]() |
![]() |
![]() |
![]() |