Santísima Virgen Auxiliadora, que has sido constituida como Auxiliadora de los Cristianos, te elijo por Señora y dueña de esta casa y te pudo que te dignes mostrar en ella tu poderosos auxilio, preservándola de la peste, del fuego, del agua, del rayo, de los ciclones, de los terremotos, de la guerra y de cuentas calamidades Tú conoces.
Bendice, protege, defiende y guarda como cosa tuya a las personas que habitan y que vivirán en ella, presérvalas de todas las desgracias y accidentes y concédeles sobre todo la importantísima gracia de evitar el pecado.
¡Oh María Auxiliadora de los cristianos, ruega por cuantos vive en este hogar que se te ha consagrado para siempre! Así sea.