Te doy gracias Señor Padre Santo, Dios Todopoderoso y eterno porque aunque soy un siervo pecador y sin mérito alguno, has querido alimentarme misericordiosamente con el cuerpo y la sangre de tu Hijo Nuestro Señor Jesucristo.
Que esta sagrada comunión no vaya a ser para mí ocasión de castigo sino causa de perdón y salvación.
Que sea para mí armadura de fe, escudo de buena voluntad; que me libre de todos mis vicios y me ayude a superar mis pasiones desordenadas; que aumente mi caridad y mi paciencia, mi obediencia y humildad, y mi capacidad para hacer el bien.
Que sea defensa inexpugnable contra todos mis enemigos, visibles e invisibles; y guía de todos mis impulsos y deseos.
Que me una más íntimamente a ti, único y verdadero Dios y me conduzca con seguridad al banquete del cielo, donde Tú, con tu Hijo y el Espíritu Santo, eres luz verdadera, satisfacción cumplida gozo perdurable y felicidad eterna.
Por Cristo, Nuestro Señor. Amén.
Texto: Anónimo / Fotografía: Parroquia El Espíritu Santo
info@espiritusantogt.com |
![]() |
![]() |
![]() |
![]() |
![]() |
![]() |