Oh Padre Misericordioso, de tu corazón Don Bosco sacó fuerzas para amar; que nosotros tengamos también la capacidad de amar con tu mismo amor divino.
Ayúdanos a entendernos, a amarnos, a saber compartir, perdonar silenciosamente, abrirnos a la verdad y al bien; sólo así podremos ser signos de tu amor y Misericordia. Por tu Hijo Jesucristo, Buen Pastor que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.