Oh, Jesús Nazareno, Brazo Poderoso y protector mío, no me abandones en tan apurado trance.
Padre mío protege y ampara a esta alma abatida y desesperada, no desoigas Jesús mío, las súplicas de este corazón triste y afligido y lleno de amor hacia Ti, que eres mi único Padre protector. Mis súplicas llenas de amor no pueden menos que llegar a ti que eres el brazo fuerte que todo lo puede.
Jesús de mi alma, espejo de luz, ven a mí con tu corona de espinas, con tu costado, abierto, con tu soga a la cintura.
Oh Jesús mío, que mis ojos vean y tus oídos escuchen lo que te pido. Amén.
Texto: Anónimo / Fotografía: Parroquia El Espíritu Santo
info@espiritusantogt.com |
![]() |
![]() |
![]() |
![]() |
![]() |
![]() |