Acudamos, confiados, al trono de la excelsa Madre de Dios; Ella nos alcanzará el auxilio oportuno en nuestras necesidades. Aleluya. ¡Oh señora mía! ¡Oh Madre mía!
Yo me ofrezco todo a ti, proclamándote mi sostén y auxilio y en prueba de mi filial afecto te consagro en este día mis ojos, para que con ellos veas a tus pobres hijos; mis oídos, para que con ellos escuches sus súplicas; mi lengua, para que proclame tus maravillas; mi corazón, para que se llene de tus sentimientos; en una palabra, todo mi ser.
Ya que soy todo tuyo, Madre de bondad y Auxilio de los cristianos, guárdame y defiéndeme como cosa y posesión tuya. Y auxilia por mi intermedio a cuantos invocan tu protección y amparo. Te alabamos, llena de gracia; Tú eres nuestro auxilio, tú nuestra esperanza; Por ti nos ha llegado la salvación. Amén.
Texto: Anónimo / Fotografía: Parroquia El Espíritu Santo
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