En una oportunidad se me acercó una persona y me preguntó: “¿Qué significa la devoción de María Santísima Auxiliadora en mi vida?“.
Yo desde bebé fui consagrado a la Virgen y, ha habido una serie de acontecimientos en mi vida que han marcado o mostrado esa intervención de María en mi historia. Recuerdo un momento en particular, cuando tenía cinco años, tropecé con un piecito de un hermano mío y caí desde un trampolín alto hasta el pretil de la piscina en el lugar donde nos encontrábamos. Caí de cabeza en aquel pequeño muro y quedé muerto; era un 8 de septiembre.
Mi madre, al enterarse del accidente, se arrodilló en el lugar donde estaba y dijo, más o menos con estas palabras: “Virgencita, hoy que se celebra tu nacimiento, la victoria de la vida sobre la muerte porque has regalado a la humanidad la posibilidad de dar vida, a través de ti a Jesús, yo te pido por este hijo mío que ha tenido un accidente y te lo consagro totalmente a ti”.
En ese mismo momento, mi padre llegaba al hospital, a donde me habían llevado, le dan la noticia de que estaba con vida.
Esto que había pasado lo supe hasta el día en que me iba a consagrar, a hacer mi profesión perpetua como salesiano, en el Santuario de María Auxiliadora; unos minutos antes de la ceremonia, me sentaron con mis padres en un pequeño cuarto, donde me contaron esta historia. Esto me ha mostrado que siempre ha sido Ella la que me ha conducido a través de mi vida y me ha traído hasta este día.
Texto: Parroquia El Espíritu Santo / Ilustración: Parroquia El Espíritu Santo
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