Las inventó mamá Margarita con uno de los primeros internos de la Casa Pinardi al hacerle un sermoncito, antes de mandarlos a dormir, ‘sobre la necesidad del trabajo, la honradez y la religión’. Don Bosco vio en seguida las infinitas posibilidades pedagógicas del recurso y lo perfeccionó e institucionalizó. Siempre acababa el día de Valdocco en buenas noches. Y convenía que todos los colegios salesianos acabasen también en buenas noches su jornada.
— ¡Las buenas noches de Don Bosco! hechas realidad — las describe Braido —, de narraciones, de sueños, de ejemplos, de profecías, de noticias y exhortaciones morales, y hasta de alguna que otra reconvención si lo exigían las circunstancias.
Las buenas noches fueron, hasta que murió, la conferencia de prensa diaria de Don Bosco; a veces, con diálogo y todo. Las buenas noches, durante más de un siglo, han sido la conferencia de prensa diaria del director del colegio salesiano a su personal y a su alumnado. ¡Donde el director se hacía definitivamente con la casa era en las buenas noches!
— Son un medio potente de persuasión — dejó escrito él —; la llave maestra de la casa.
En las buenas noches se puede hablar de cualquier cosa, en cualquier tono y hasta con humor, siempre y cuando se extraiga alguna consecuencia formativa. Aunque el tema de un día puede no tener nada que ver con el tema del día anterior y del día siguiente, el conjunto de temas acaba de presentar ciertos enlaces.
Texto: Parroquia El Espíritu Santo / Ilustración: Parroquia El Espíritu Santo
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