¡Oh! Santo Domingo Savio, que con tu sonrisa y virtudes coronaste el cariño de tus padres dichosos, por tu intercesión, obtennos del Señor la gracia de ver nuestro hogar lleno de gozo por la sonrisa de un bebé.
No merecemos un don tan grande y tan deseado.
Pero tú, que le agradaste a Dios por tu inocencia y santidad juvenil obtennos del Señor de la Vida lo que humanamente parece imposible. Este bebé, fruto de nuestro amor y de tu eficaz intercesión lo educaremos para Dios, en la fe, en el amor y en el cariño a La Virgen María, a la luz de tu ejemplo luminoso. Amén.
Texto: Anónimo / Ilustración: Parroquia El Espíritu Santo
info@espiritusantogt.com |
![]() |
![]() |
![]() |
![]() |
![]() |
![]() |