Domingo Savio no fue fotografiado, porque murió pocos años antes de la invención de la fotografía.Pero un compañero suyo, alumno de Bellas Artes, pintó de memoria el retrato de su rostro, esa cara suave y simpática que todos conocemos.
«Alto, delgado, frente ancha, cabellos lisos y bien peinados. Ojos serenos, finos, penetrantes, inquietos y vivaces. De poco hablar, pero ameno y gracioso. Hábil apaciguador de peleas. Fuerte ante el sufrimiento, alegre siempre y gran amigo a toda hora».
Texto: Parrroquia El Espíritu Santo / Fotografía: SDB
info@espiritusantogt.com |
![]() |
![]() |
![]() |
![]() |
![]() |
![]() |