Con una gran dificultad, Don Bosco celebró su última Misa el 11 de diciembre de 1887, en la capilla privada que se encontraba junto a su dormitorio. Padecía altas fiebres y, sin embargo, tenía grandes deseos de administrar el Sacramento de la Reconciliación y así lo hizo, pero por un muy corto tiempo y ya no en largas jornadas como lo solía realizar.
Quienes le rodeaban sabían que Juan Bosco ocultaba las molestias de su enfermedad con tal de seguir al servicio del Señor.
Texto: Parroquia El Espíritu Santo / Ilustración: Parroquia El Espíritu Santo
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