Día 08. Un caso histórico de actualidad.
Hace pocos años un agente de policía estaba desesperado por las travesuras que le hacía su hijo mayor, el cual no asistía casi nunca a las clases por quedarse en la calle jugando y peleando. Un día el profesor le mandó esta tarjeta: “Le aviso que su hijo no ha venido hoy a clase y que lo han visto bañándose en un pozo muy peligroso en el río”.
El pobre policía se llenó de cólera y esperó en la puerta de su casa a que retornara el desobediente. La esposa temblaba al solo pensar en la tragedia que se aproximaba. Ella conocía el malgenio de su marido. Al fin apareció el muchacho. Venía lleno de barro y con los vestidos destrozados.
El hombre no dijo palabra.
Lo agarró de la camisa, y casi arrastrándolo se lo llevó calle arriba. La gente contemplaba asustada. Con el muchacho así fuertemente agarrado para que no se le escapara, nuestro policía penetró en una oscura iglesia, y dirigiéndose a una capilla lateral arrodilló a su hijo de un fuerte empujón, ante la imagen de la Santísima Virgen, y le dijo con la voz entrecortada por la cólera y la desilusión: “Señora, yo no he podido con este sinvergüenza. Aquí se lo dejo a ver si en sus manos sí se arregla”. Y se fue.
El muchacho quedó aturdido. Pasado un rato levantó los ojos y contempló la imagen de la Virgen que parecía mirarlo con ojos de tristeza. Las últimas palabras de su padre seguían zumbando en sus oídos: “A ver si en tus manos se arregla”. Se quedó un rato en silencio y luego exclamó: “Señora, verás que sí me voy a enmendar”. y salió resuelto a cambiar de conducta.
Desde aquel día se convirtió en consuelo y orgullo de sus padres. Ahora es uno de los mejores obispos de Canadá (Fratelo Remo)
Rezar un Avemaría.
Florecilla del día escrita por Don Bosco.
Digamos varias veces cada día: “María Auxiliadora, rogad por nosotros.
Oración a María Auxiliadora.
Oh, María, Virgen Poderosa grande e ilustre defensora de la Iglesia, singular auxilio de los cristianos terrible como un ejército ordenado en batalla, Tú sola has triunfado en todas las herejías del mundo.
Oh, Madre, en nuestras angustias, en nuestras luchas, en nuestros apuros, líbranos del enemigo y en la hora de nuestra muerte, llévanos al Paraíso. Amén.
María, Auxiliadora de los Cristianos, ruega por nosotros.
Texto: Parroquia El Espíritu Santo / Ilustración: Parroquia El Espíritu Santo
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